¿Cómo pagar tus recibos si no tienes trabajo?
Tal vez el pago de recibos y préstamos en situación de desempleo es una de las peores pesadillas de muchas familias en riesgo económico.
La devolución de préstamos parece imposible y más aún cuando no disponemos de un empleo estable o una fuente de ingresos recurrentes.
En este artículo te ofrecemos varias soluciones y opciones para manejar esta situación, y no caer en la desesperación, evitando sobreendeudamientos.
¿Qué hago para pagar mis recibos si no trabajo?
Ante todo, que no cunda el pánico. Esta situación es mucho más normal de lo que crees, y no es motivo de vergüenza ni desesperación.
En primer lugar, elabora un listado minucioso y concienzudo de los préstamos que estás pagando, los recibos que te giran por cuenta bancaria, los créditos que liquidas mes a mes, etc. Cualquier gasto tendrá que ser tomado en cuenta antes de poner en práctica los pasos siguientes.
5 consejos para afrontar los impagos de préstamos
Estos consejos son generales a cualquier situación financiera personal complicada, en cada caso habrá matices y diferencias.
Es posible que estés cobrando el paro, una ayuda o que, por el contrario, no tengas ningún ingreso en absoluto. Detalla toda esta información en el mismo análisis de gastos que hiciste y pasa a la acción.
Aquí van los consejos:
1. Evita endeudarte aún más
Parece lógico, y sin embargo es lo primero que hacemos porque queremos estar al corriente de pagos. Solicitamos un préstamo para pagar las letras vencidas, usamos de forma indiscriminada una tarjeta de crédito para pagar otra. Solicitamos tarjetas de crédito de fácil aprobación para seguir aplicando parches a una situación que puede descontrolarse.
Este es el primer paso: Huye de esta solución porque sólo empeorará aún más la delicada situación financiera que puedas tener.
2. Negocia con tus acreedores y entidades crediticias
El segundo paso es tomar la iniciativa y comunicarnos con todas y cada una de las entidades con las que tenemos una deuda, incluida la administración pública, ayuntamientos y compañías de suministros.
Hazles saber que quieres seguir pagando, pero que necesitas encontrar una solución para hacerlo. Te sorprenderá ver cómo en muchas ocasiones las entidades pueden aplicarte sin demasiado problema una moratoria de uno o dos meses para que regularice tu situación, y sin cobrar demasiado por este proceso, e incluso en ocasiones, a coste gratuito.
3. Planea un plan de ahorro y pagos
De la mano del punto anterior, en el momento de la llamada a tus entidades crediticias, deberías haber hecho el listado de gastos e ingresos junto con una propuesta de pago realista tanto para ti como para tus acreedores. Esto es simple y llanamente para que vean que existe una voluntad real de efectuar los pagos, pero que ha surgido un contratiempo que te lo impide.
Con esta información a tu alcance, puedes valorar qué créditos, préstamos y recibos quieres pagar antes, por sus intereses o comisiones por impago, qué cantidad tienes disponible para ahorrar durante los meses de moratoria o qué información está disponible para cada una de las compañías crediticias.
4. Busca fuentes de ingresos externos
Si no dispones de ninguna fuente de ingresos, o ésta es muy baja, deberías empezar a buscar trabajos secundarios o “side jobs”. Actualmente existe una enorme oferta de trabajos a realizar online o a distancia.
También puedes vender artículos artesanales o usados en plataformas y App destinadas a este fin (Ebay, Vinted, Wallapop o Etsy) ya que es una excelente forma de obtener unos pequeños ingresos adicionales en tu mes a mes.
5. En determinados casos usa una tarjeta de crédito de bajas comisiones
Y aquí viene el gran secreto. Usa tu tarjeta de crédito de forma inteligente y sensata. Ante todo, hazte con una tarjeta de crédito que no tenga gastos ocultos, que sólo pagues por el crédito que gastes y que sea de confianza, un buen ejemplo de esto es la de tarjeta AXI Card.
Valora las comisiones y gastos por intereses que te van a cargar por un impago de un crédito o préstamo determinado, y en caso de ser superior al de la tarjeta de crédito que tengas, liquídalo con ella. A final de mes, amortiza dicho pago de golpe. De este modo te ahorrarás comisiones por impago, intereses de demora, y demás gastos relacionados con estas situaciones sobrevenidas.
El principal error que comete todo el mundo es hacer un uso indiscriminado de una línea de crédito, y se debe entender que, como cualquier otro producto financiero, debe usarse con sentido común. En caso de hacerlo, podemos lograr enormes ventajas.
Consejo extra
Seguramente en algún punto recibirás llamadas para exigir el pago de la deuda, bajo amenaza de que ingresarán tu nombre en un fichero de morosidad como RAI o ASNEF.
Esto puede tener sus desventajas, como por ejemplo la denegación de obtención de nuevos préstamos, aunque en la mayoría de los casos, esta será la última solución que quieras llevar a cabo. Es por ello que no debes dejarte intimidar. Anotar a una persona en estos ficheros está sujeto a una serie de condiciones y no es tan sencillo como lo suelen pintar nuestros interlocutores.
También puedes acudir, en casos muy graves, a empresas para renegociar tu deuda o acogerte a la Ley de la Segunda Oportunidad. En estos casos acude a expertos en la materia para recibir asesoramiento en tu caso específico.
Conclusiones
Como has podido ver en este artículo, existen maneras inteligentes de afrontar épocas económicas complicadas, si no puedes atender a los pagos de tus préstamos, créditos o recibos mensuales.
Actuar de forma planificada, con conocimiento y no dejando nada a la improvisación, suele ser la mejor manera de lograr tu objetivo, y encauzar la situación.